Manchester United, que ganaba 3 a 1 cerca del final, se descuidó y permitió el empate de Everton.
El técnico de United, Alex Ferguson, dejó a Wayne Rooney en el banco, en medio del escándalo sexual que rodea al delantero, pero aún así los Diablos Rojos ganaban 3-1 a los 90 minutos. Tim Cahill hizo resurgir el suelo de los locales a los 90´, mientras que Mikel Arteta desató la locura en tiempo de descuento.
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